Óscar y su familia caminaron entre llamas toda la noche para salvar a sus animales del incendio en Tábara
Este ganadero pudo salvar a sus 160 vacas tras bajarlas de una pradera mientras las llamas llegaban al municipio zamorano
22 julio, 2022 07:00
Animales, viviendas, hectáreas y, lo peor, dos vidas humanas. El incendio originado en Losacio (Zamora) ya se alza como el peor desastre forestal de toda España. Si Zamora ya había sido la triste protagonista del devastador incendio en la Sierra de la Culebra hace solo un mes, el pasado domingo la provincia volvía a ser la víctima de otro incontrolable fuego. A escasos metros del primero y arrasando con lo poco que quedaba en las comarcas de Tábara y Aliste, y llegando hasta el Valle de Tera.
Ahora se cuentan las hectáreas, el número de pueblos desalojados (y ahora ya de vuelta en sus casas), pero detrás de las cifras hay personas. Vecinos de la mal llamada España Vaciada que decidieron quedarse en su tierra, en Tábara, en la Zamora rural, y no rendirse. Y que ahora lo han perdido casi todo.
Es el caso de Óscar Puente Cabrerizo. Ganadero de Tábara que ha visto reducida a cenizas toda su finca. Tras el fuego que avanzó sin control hasta las viviendas del municipio, «no ha quedado ni un centímetro cuadrado de pasto», explica. Una tierra que necesita para dar de comer a sus 160 vacas, que por suerte, han podido sobrevivir al desastre, tras toda una noche en vela.
Éran las 22 horas del pasado domingo 17 de julio. Óscar veía como las llamas comenzaban a devorar los alrededores de Tábara. El ganadero tenía a sus 160 reses en una pradera cercana, en Abejera de Tábara. Porque así es la ganadería tradicional y ecológica, la que pasta en los prados y montes, «la que apaga los incendios en el invierno limpiando los terrenos», recuerda Puente Cabrerizo.
Así que, a la carrera y desesperado, antes de que el fuego pudiera cercar a sus animales y condenarlos a una muerte segura, subió a la pradera a por sus vacas. Con las llamas ya encima, familiares y algún amigo dedicaron toda la madrugada a mover a los 160 animales desde Abejera a una zona ya quemada por el anterior incendio en la Sierra de la Culebra. «Sabíamos que donde ya estaba calcinado, el fuego pararía», explica sobre su nada sencilla tarea.
Tras esta primera hazaña llegaron las evacuaciones. Óscar, su familia, sus amigos y todos los vecinos de Tábara tuvieron que abandonar aprisa y con todo su dolor el pueblo. Cuando pudieron volver se encontraron que su finca ya solo era ceniza. Pero aún sigue en pie su nave, que tiene daños importantes a reparar, pero gracias a «un amigo que hizo un cortafuegos con su máquina y las brigadas forestales» se pudo salvar. Porque en esta emergencia, vecinos y profesionales se han unido, ayudándose unos a otros y colaborando sin descanso. También ayudó que «el terreno lo tengo muy pastoreado por las vacas», detalla Óscar. Otra vez, la prueba de que del fuego se salvan cuando los terrenos están limpios.
Eso sí, se ha quedado sin forraje. Sin nada que dar de comer a sus vacas, que ahora solo pueden estar encerradas, sin pastar en ningún sitio, porque no hay donde pastar. «Nos han arruinado», declara este ganadero de Tábara. Con la actual crisis económica y la subida desorbitada del cereal asumir los costes de alimentar a sus 160 vacas solo de forraje supone un desembolso económico muy complicado de asumir.
«Y sí, ahora los Servicios de Veterinaria de la Junta nos dan forraje, pero el problema va a venir dentro de unos meses, cuando ya ni se acuerden de nosotros y tengamos que seguir manteniendo nuestras explotaciones», protesta el ganadero.
«Los terrenos son polvorines»
Óscar acusa directamente a la Junta de Castilla y León, y más concretamente a quien dirige la consejería de Medioambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, de crear políticas forestales «sin conocer ni de lejos la realidad del mundo rural». Lo vivido por los vecinos de Tábara el pasado fin de semana fue «algo que no se puede describir con palabras, un fuego imposible de controlar y que lo quemaba todo».
Una situación extrema que para este ganadero no hubiera sido de tal gravedad si los responsables del gobierno autonómico «fuera capaces de legislar con medidas que mantengan el monte limpio, ese que heredamos de nuestro abuelos y que limpiaban durante el invierno, y que no va a llegar a nuestros nietos con lo que están haciendo». En los pueblos lo saben todos desde hace generaciones: «Los incendios se apagan en el invierno limpiando».
Para Óscar, la forma de proceder de la Junta con el patrimonio forestal de provincias como Zamora solo provoca que «los terrenos sean polvorines». Para este ganadero, un mazazo más para «obligarnos a que nos vayamos de los pueblos y abandonemos el mundo rural. La prueba está en que en solo dos incendios se ha quemado más de medio Zamora y ni se les cae la cara de vergüenza».